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El ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), ambos pertenecientes a los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, son ácidos grasos esenciales. Se denominan "esenciales" porque el organismo no puede producirlos por sí mismo, por lo que se deben ingerir en cantidad suficiente. Se obtienen del pescado azul, que aporta mayor disponibilidad del que se obtiene en algunos vegetales de hoja verde, aceite de semillas de linaza y ciertos aceites vegetales.

El EPA y DHA contribuyen al normal funcionamiento del corazón y el cerebro. El consumo diario de al menos 1 gr de EPA y DHA ayuda a mantener los niveles normales de colesterol en sangre (Fundación Española del corazón), la función cardíaca normal, la presión sanguínea y la concentración de triglicéridos.

También se han observado mejoras cognitivas en el deterioro cognitivo leve, así como en la inflamación mediante la disminución en la producción de mediadores inflamatorios. En dosis iguales o mayores a 1 gr reducen de manera significativa los factores y riesgo de enfermedades cardiovasculares, presentando un efecto positivo en la obesidad y diabetes mellitus tipo 2.

Es importante saber, y así lo recomiendan las principales guías europeas y americanas, que para alcanzar la mayoría de estos efectos beneficiosos en la salud es necesario consumir al menos 1 gr diario de omega 3 (EPA Y DHA).

La coenzima Q10 juega un papel fundamental tanto en la respiración celular, como en el correcto funcionamiento del corazón y producción de ATP (energía). Con el paso de los años vamos perdiendo concentración de coenzima Q10 en el organismo. La coenzima Q10 no se produce de forma endógena, por lo que la única forma de aumentar sus niveles es a través de los complementos.

Contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo, combatiendo los radicales libres.