Como cada año, la temporada más fuerte de la alergia está asomando en el calendario. Cada vez más tempranamente y con grandes diferencias entre distintas zonas costeras o de interior. Para que no nos pille desprevenidos, antes de que empiece, vamos a hacer unas consideraciones previas a unos consejos.

 

Resumiendo mucho, en la costa tenemos alergia durante todo el año, agudizándose en los meses de marzo, abril, septiembre u octubre por la presencia de ácaros en el interior y de hongos tanto en interior como en exterior. Cuando llega la primavera, pacientes que se mantienen con pequeños síntomas durante el año, al comenzar la polinización explotan en síntomas de alergia agudos por días viéndose mejorados con la llegada de la lluvia. En zonas de interior, se hace más notoria la aparición de la primavera con altas cantidades de polen de forma diaria y mantenida.

 
Cuándo empieza la alergia: ¡Margaritas a 20ºC!
 

Dos avisos naturales son la aparición de las margaritas y el aumento de la temperatura por encima de 20 grados. Esto último, junto con la cantidad de agua que se haya ido acumulando en el subsuelo en otoño e invierno, dará paso a la polinización y consiguiente floración, provocando la aparición de los síntomas de la alergia primaveral. Más granos de polen alergénico en el ambiente habrá en las zonas verdes ya sea por las gramíneas salvajes que encontramos en campos y pastos no urbanizados o en parques y jardines donde han plantado ciprés, abedul, olivo, aligustre u otras plantas potencialmente alergénicas.

 

Sabiendo que prevenir es mejor que lamentar vamos a dar unas nociones para enfrentarnos a la alergia de la mejor manera.
A lo largo del año, el cuidado de nuestra alimentación y la realización del ejercicio físico diario son tan importantes como el uso de medicaciones que mitiguen los síntomas.
El ejercicio diario estimula al sistema inmunológico, ayuda a renovar las células del organismo, elimina toxinas y estimula entre otras la hormona del crecimiento; por otro lado estimula el tránsito intestinal favoreciendo un ambiente sano a ese nivel.

 
Microbiota intestinal y alergias
 

Poco se habla del mayor sitio donde albergamos nuestro sistema inmunitario, el tracto intestinal. Cuidar nuestra flora bacteriana es cuidar unas digestiones saludables y correctas evitando que los alimentos fermenten en el tubo digestivo favoreciendo la aparición de gases y atraigan líquido en lugar de metabolizarse y absorberse para ser convertidos en energía.

 

Por tanto, ¿cómo mejorar la microbiota intestinal? Para mejorar la flora bacteriana no vale todo. Por una alteración en la flora intestinal que podemos mejorar, la solución no debe ser retirar de forma definitiva todo alimento que nos cueste digerir. Tendremos que ir a productos que no estimulen a las bacterias innecesarias y estimulen las otras. No todo lo natural es seguro, pero hay muchas que sí.

 
Vitaminas para la alergia (y otros)
 

Como productos naturales para la alergia, encontramos algunos flavonoides como la quercetina que tomados en las cantidades adecuadas o combinadas con vitaminas aumentan las defensas del cuerpo y reducen los efectos de las moléculas inestables o radicales libres que se generan en las células; a esta función también ayuda el selenio por ejemplo. También sabemos que la mezcla de vitamina C y zinc ayudan a subir la cantidad de inmunoglobulinas de defensa y disminuye el cansancio. Otra vitamina indispensable es el retinol o vitamina A que, además de ayudar en este cometido, actúa sobre la piel y mucosas manteniéndose sanas. Así podría continuar con una lista interminable de sustancias que, sobre todo cuando se juntan, aportan valor a nuestra dieta para mantener el equilibrio y el sistema inmune en guardia y preparado.

 
Consejos antialérgicos
 

Cuando llegue la alergia, estaremos preparados e intentaremos evitar la exposición. Si esto no es posible, haremos uso de la medicación de rescate; en ocasiones ponemos tratamiento de mantenimiento para evitar la aparición de los síntomas

 
Frente a los ácaros del polvo, aconsejo:
  • Evitar la exposición disminuyendo la cantidad. Para ello, evitar acúmulo de material orgánico (pelos, escamas), la humedad excesiva y los almacenamientos de cosas, ropas o cajas.
  • Utilizar a la hora de limpiar un aspirador que tenga filtro de agua o filtro HEPA de alta captación.
  • Para los cambios de ropa de verano-invierno, utilizar mascarilla o premedicación.
  • Al guardar la ropa limpia, es mejor utilizar bolsas aspiradas o al vacío para incomodar el crecimiento de los ácaros.

 

Frente a los pólenes, aconsejo:
  • Mirar el nivel de polen (existen páginas como www.polenes.com muy buenas y exhaustivas).
  • Evitar exponerse en la medida de lo posible al exterior los días que no llueva.
  • Al viajar en coche, hacerlo con las ventanillas subidas. Para viajes cortos, se recomienda utilizar el aire o climatizador del propio vehículo para recircular el aire. Para viajes largos, es recomendable hacer uso de filtros antipolen.
  • Usar gafas de sol cerradas.
  • Al llegar a un sitio cerrado, pasar por el baño para limpiar los ojos de los granos de polen que hay en el saco conjuntival; no frotar los ojos. Por la noche repetir limpieza. De esta forma, reduciremos los síntomas de la alergia en los ojos
 

Si es la primera vez que presenta síntomas de alergia como estornudos, conjuntivitis, dermatitis, crisis de dificultad respiratoria acuda a su médico de cabecera, pediatra o directamente a su especialista en alergología con el fin de estudiar el caso particular y valorar la realización de un tratamiento definitivo con vacunación antígenodesensibilizante.

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