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La prediabetes es una realidad común que no debe ser subestimada. Lo más alentador es que es completamente reversible. Con pequeños cambios en el estilo de vida, se puede prevenir que la prediabetes evolucione hacia la diabetes tipo 2 o incluso retrasar su aparición. Estos cambios, aunque simples, han demostrado ser altamente eficaces en el mantenimiento de una buena salud.

¿Qué diferencia hay entre la diabetes y la prediabetes?

En realidad no deberías dejarte engañar por el prefijo “pre”: la prediabetes es una afección grave en la que los niveles de azúcar en la sangre están por encima de lo normal, pero todavía no son tan altos como para ser diagnosticados como diabetes. O sea, es una etapa inicial hacia la enfermedad. Tener prediabetes significa que tu cuerpo no está respondiendo con normalidad a la insulina, la hormona que regula el azúcar en sangre, y esto entraña unos riesgos muy serios: desde una mayor probabilidad de presentar diabetes tipo 2, a enfermedades cardiacas o accidentes cerebrovasculares.

Una enfermedad silenciosa

La prediabetes es una afección silenciosa que a menudo pasa desapercibida. Puede persistir durante años sin manifestar síntomas evidentes, lo que la convierte en una amenaza latente para la salud. Por esta razón, es de vital importancia hablar con su médico y someterse a una prueba de glucosa en sangre si presenta cualquiera de los siguientes factores de riesgo asociados con la prediabetes:

  • Exceso de peso.
  • Edad de 45 años o más.
  • Antecedentes familiares de diabetes tipo 2.
  • Insuficiente actividad física, realizando ejercicio menos de tres veces a la semana.
  • Experiencia previa de diabetes gestacional.
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    Diabetes: un desafío constante que es mejor prevenir

    Vivir con la prediabetes puede ser menos complicado que vivir con la diabetes por varias razones.  En primer lugar, las personas con prediabetes a menudo no requieren medicamentos para mantener sus niveles de azúcar en sangre bajo control. Sin embargo, vivir con la diabetes tipo 2 puede ser una tarea complicada. Aquí hay algunas razones por las cuales puede ser más difícil:

    Dependencia de medicamentos.

    Las personas con diabetes tipo 2 a menudo necesitan tomar medicamentos para mantener sus niveles de azúcar en sangre bajo control. Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, requerir ajustes frecuentes de dosis y ser costosos.

    Monitoreo constante

    Los diabéticos deben realizar un seguimiento constante de sus niveles de azúcar en sangre mediante pruebas regulares. Esto implica pincharse el dedo varias veces al día o llevar un dispositivo de monitoreo continuo de glucosa.

    Restricciones dietéticas

    Una parte importante del manejo de la diabetes implica controlar la ingesta de carbohidratos y azúcares. Esto puede limitar la elección de alimentos y requerir una planificación meticulosa de las comidas. Las personas con diabetes deben ser conscientes de lo que comen en todo momento.

    Complicaciones a largo plazo

    La diabetes no controlada puede dar lugar a complicaciones graves, como enfermedades cardíacas, daño renal, problemas de visión y amputaciones. Vivir con la diabetes no controlada significa enfrentar el temor constante a estas complicaciones si no se toman medidas activas para prevenirlas.

    Prediabetes = Pre(venir) Diabetes

    Si bien vivir con la diabetes puede ser más difícil que vivir con la prediabetes, es importante destacar que la prediabetes no debe subestimarse. Es una oportunidad para tomar medidas preventivas, y una de ellas podría ser añadir a tu dieta un complemento alimenticio como Noglux, que te permitirá mantener los niveles de glucosa perfectamente regulados.

    Además, el trabajo estrecho con los profesionales de la salud es esencial para llevar un control exhaustivo de esta afección y para implementar otros cambios en el estilo de vida que reduzcan su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.